Bizcocho de plátano

Esta receta de bizcocho que os traigo hoy la que ha hecho mi madre desde que puedo recordar y, siempre que en casa huele a bizcocho, sabemos lo que toca de desayuno y merienda (y, no nos engañemos, siempre cae algún trocito a deshora). El bizcocho de yogur o bizcocho 1-2-3 es una receta que seguro que muchos de vosotros conocéis, por lo fácil que es de hacer y porque no hace falta pesar cada ingrediente de forma exacta, como en muchas otras recetas de repostería. Se hace simplemente con un yogur y tomando esa misma medida de yogur para el resto de ingredientes. En este caso, he cambiado un poco la receta: añadiendo algo de fruta y modificando algún ingrediente. Porque, no me negaréis, que no es divertido experimentar en la cocina mezclando recetas nuevas, con otras ya conocidas; incluyendo nuevos ingredientes, probando sabores…

 

Ingredientes

1 yogur natural
1 medida de yogur de aceite
2 medidas de yogur de azúcar moreno
3 medidas de yogur de harina integral
3 huevos
1 sobre de levadura
Mantequilla
3 plátanos

 

 

Elaboración Para empezar, pelamos los plátanos (mejor si están maduritos) los picamos y los ponemos en una sartén a fuego medio con una pizca de mantequilla y una cucharadita de azúcar moreno, para que se caramelicen un poco. Mientras los plátanos se hacen poco a poco, batimos en un bol los huevos con el yogur y el aceite. Posteriormente, añadimos el azúcar y la harina mezclada con la levadura. Aunque no es necesario tamizar la harina, si que es conveniente, porque así conseguimos que el bizcocho quede más esponjoso. Una vez que tengamos una mezcla homogénea, añadimos los plátanos que teníamos con la mantequilla y el azúcar. Con los todos ingredientes bien mezclados, volcamos la mezcla en un molde untado con mantequilla, para evitar que se pegue, y lo metemos en el horno que estará precalentado a 180º. Aquí lo mantendremos a esta temperatura unos 35 minutos. Aunque es conveniente ir comprobando el estado de nuestro bizcocho; porque el tiempo de horneado depende mucho del tamaño del mismo.
                
Como podéis ver, queda bastante más oscuro que un bizcocho convencional. Esto es tanto por la harina, que es integral, como por el azúcar moreno. Pero, por supuesto, que podéis hacerlo con harina y azúcar normales.